Se cuenta que los párrocos de Navalosa y Serranillos, allá por los años treinta, se jugaron a las cartas el santo de Navalvao. El Santillo parece que fue ganado por los de Serranillos, del antiguo Concejo de Mombletrán, y desde entonces acuden todos los años a la fiesta, como reivindicación de una celebración que, de alguna manera, también les pertenece. Los mozos y mozas, jóvenes serranos, alegran con sus juegos la antigua romería.
Continúa Espina Barrio afirmando que es un santo del que hay mucho que contar, pues se convirtió en símbolo y en manzana de la discordia dentro del propio pueblo, traduciendo en el plano religioso problemas que quizá pertenecieran a otros órdenes más seculares. Apodado como “ el Santillo” por la baja estatura de su talla de madera, que quizá se remonta al siglo XIII, o como el “santo borrachín” dados los excesos etílicos que provoca su romería –máxime cuando el vino de esta fiesta era pagado por el alcalde- el citado patrón se duda y es San Felipe o Santiago.
Parece que el nombre popularmente más conocido es el de San Felipe, aunque el antiguo párroco del lugar estimara que la talla representaba a Santiago. La polémica estaba servida y ésta se desarrolló con enconamiento sobre todo cuando la figura del santo fue llevada a restaurar al taller de don Pedro Díaz. Estaba bastante deteriorada, especialmente las manos de la misma que sujetaban un báculo en el que muchas ancianas se frotaban supersticiosamente sus extremidades a fin de liberarlas de los dolores de artrosis.
procedencia, en este caso: J. A. Calvo Gómez, Alberche Mágico. Patrimonio imaginario y representación folklórica en Burgohondo y su antiguo concejo. Salamanca 2003.
fotos del año 2010