martes, 1 de noviembre de 2011

Una historia para el día de todos los santos

Como cualquier otro día ya es tarde,mañana toca ir a trabajar y los párpados se me están cerrando, estoy cansado creo que hoy será de esas noches que me dejaré llevar hasta que el maldito ruido del despertador me avise que todo era un sueño ¿lo fue?....
Llevo aproximadamente tres horas en la cama, hace calor, no llega el fresquito y eso que estamos a finales de Octubre, de repente siento un aire frío por mis brazos, como un hilo de aire sobre mi cuerpo, abro los ojos y ahí está, mirándome, en los pies de la cama. No se quién es claramente, se parece a mi abuela, pero yo era un niño cuando ella se fue, apenas nos conocimos, no tuvimos trato, la situación familiar nos condujo a una no muy buena relación, ¿qué hace entonces aquí?...
- Con lo que yo he hecho por todos ellos y no me quieren, no me quieren, nadie quiere mi retrato, lo van a quitar (oí que me decía).
¿Desperté?, sinceramente no lo se, yo juraría que ya estaba despierto cuando la vi, no recuerdo volver a cerrar los ojos antes de levantarme, me encuentro confundido  y no sé realmente que ha pasado,
A los tres días de lo sucedido, y como hago de forma habitual decidí llamar a mi madre,  solemos contarnos nuestras vidas, lo que nos ocurre, como nos encontramos, etc. Ella (mi madre) empezó a contarme que habían tenido reunión de hermanos con la familia de mi padre, y que una de mis tías quería deshacerse del cuadro con el retrato de mi abuela, ¿cómo? no me lo podía creer, me quedé paralizado al oir esa frase, no daba credibilidad, lo que me había pasado el otro día coincidía con lo que estaba sucediendo... mi madre no tenia porqué saber nada, es más yo no tenia porqué saber nada, sin embargo lo sabia.
Decidí no contarle nada, no quería que se preocupara, no quise darle mas importancia, pasaron varios días y dí todo por zanjado, como si de una casualidad se tratara, porque tenia que ser eso, una casualidad.
Es ya de madrugada y vuelvo a sentir otra brisa fresca por mi cuerpo, volví a abrir los ojos y ahí estaba de nuevo, otra vez había venido.
- Se van a deshacer del cuadro, ese cuadro le corresponde a tu padre, es tu padre quien lo tiene que tener.
Otro día inquieto, volví a llamar a mi madre, con la excusa de preguntar como andaban, aproveché y pregunté  si ya estaba solucionado el tema del cuadro de la abuela.
- Tu tía empeñada en que no lo quiere, y tu padre diciendo que si ninguna hermana lo quería  se lo tendría que quedar el, yo no quiero ese cuadro, no me gusta nada.
Cuando me contó estas palabras decidí que era el momento de contar lo que me había pasado, mi madre perpleja solo se atrevió a decirme:
- Cuando sea la noche de Todos los Santos enciende en la casa una vela de difuntos, ponla en su honor para que descanse y no te visite.
Desde entonces hasta hoy cada vez que siento la brisa fresca en mi cuerpo decido no abrir los ojos, hoy es la noche de todos los Santos, hoy he encendido la vela.... mañana será otro día, espero no seguir contando esta historia.

"Basada en hechos reales y contada bajo el permiso de la persona que tuvo esta situación, el texto sufre alguna, pero no mucha modificación... valorad vosotros ¿realidad?¿confluencia de coincidencias?, en fin, en un día como hoy una historia interesante que contar, o al menos eso me ha parecido a mi"    

3 comentarios:

  1. SUEÑOS... COINCIDENCIAS...
    NUESTRO CEREBRO ES CAPAZ DE HILAR MIL HISTORIAS....

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  2. Ya mi niño, pero tanta coincidencia junta asusta, aunque entienda que le quieras quitar importancia

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  3. no creo ni dejo de creer en estas cosas, pero si es como lo cuentas, es demasiada coincidencia.....

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